domingo, 7 de junio de 2009

"Hace un mes y 20 días mi vida cambió"

http://www.p-es.org/index.php?option=com_content&task=view&id=3304&Itemid=78


Lourdes Timoteo García.- Soy una redactora corresponsal de la Agencia EFE y hace un mes y 20 días mi vida cambió. Recibí un e mail enviado desde madrid@efe.es Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla , sin fechar y sin firmar, en el que se me comunicaba que a partir de ese momento mi trabajo iba a ser retribuido de forma distinta a lo que venían haciéndolo desde hace 14 años: 7 euros por informar sobre una rueda de prensa; 11 euros por primicia.

Eso sí, nos daban la posibilidad de hacer fotos -“¿quién coño está mandando llamar a estos si yo no quiero ninguna foto de corresponsales?”, dijo a lo lejos la persona responsable de fotografía en Madrid-, y de hacer vídeos –en algunas delegaciones han cogido alguno por vergüenza torera, pero ninguno se ha “vendido” a los clientes. Necesitaríamos equipos, formación y, sobre todo, tendríamos que tener un respaldo que no tenemos.

Hace un mes y 20 días mi vida cambió. Yo me empeñé en continuar haciendo mi trabajo como lo había hecho hasta entonces, pero ha sido muy duro. La empresa que me llamaba constantemente para mandarme a ruedas de prensa, a cubrir sucesos, imprevistos o actos de “carril” lleva un mes y 20 días en silencio.

También lo está mi correo, que recibía una media diaria de 4 ó 5 e mail “rebotados” desde la Delegación. Por no llamar, no llama ni el editor.

Un mes y 20 días llenos de silencio, a medias. Correos no ha cesado en su actividad. Primero me enviaron una carta certificada para que firmara un contrato de Autónomo Dependiente, una especie de “pacto de esclavitud” en el que yo me comprometía a olvidar que llevo 14 años trabajando con un sueldo fijo mensual -1.500 euros, en la actualidad- y me sometía a nuevas normas acordadas de forma unilateral por EFE.

No firmé y me busqué un abogado. El día que celebramos el acto de conciliación, a las 19.55 horas de la tarde me llegó otra carta invitándome a firmar un pliego de condiciones de “informador colaborador”. Me daban de plazo hasta el lunes, día 18 de mayo, y a partir de aquí, mis días como redactor corresponsal de la Agencia EFE están contados.

La única preocupación de mi actual Delegado es qué va a hacer él si se queda sin corresponsales de un día para otro, antes de que quince entusiastas de esta profesión, cada día más maldita, rellenen los huecos que dejaron en su día los corresponsales que se negaron a hacerse autónomos y los que vamos a dejar siete de los ocho –creo- corresponsales que quedamos y que hemos denunciado a la empresa para que nos reconozca como sus empleados.

Una de mis grandes preocupaciones –no es la única- es que llevo catorce años trabajando para EFE y en todo este tiempo me he sentido respetada, valorada, remunerada con dignidad y considerada como una más de la plantilla y ahora, desde hace un mes y 20 días, me siento vejada, humillada, despreciada y anulada como profesional y también como persona –en este trabajo, como en casi todos, es muy difícil deslindar lo uno de lo otro-. Soy víctima de una “matanza” en la que nadie ha distinguido entre cerdos cebones y patas negras; en la que cada paso dado está medido y premeditado y en la que el único objetivo es aniquilarnos para hacer borrón y cuenta nueva.

Es la Agencia EFE, una empresa estatal: ¿Dónde están el respeto a los derechos laborales de los trabajadores que usted pregona en cualquier púlpito, señor Zapatero?, ¿Cómo se digna a hablar en esos términos cuando en su propia casa está llevando a cabo un ERE encubierto que afecta a más de 800 trabajadores en toda España?.

Desde la filas del PP callan. Siempre está bien que el “trabajo sucio” se reparta. Esta vez les ha tocado a otros. Qué suerte.

Tengo los días contados y quiero decir esto antes de que me llegue la carta de despido y mi historia deje de ser actualidad. En eso estamos convirtiendo el periodismo, en un ámbito en el que lo más importante es ser el primero en contar las cosas que cuentan todos, y lo que cuentas y cómo lo cuentas queda en un segundo término. Así nos va, así va a esta hermosa profesión que amo y a la que le debo gran parte de lo que soy.

Cuento esto antes de que mis “lunes al sol” lleguen y me hagan percibir la realidad desde el otro lado y quiero contarlo no sólo para lamentarme y resarcirme en mi dolor. Lo cuento para dar las gracias a gente como Manuel Fuente, que me embarcó en este proyecto, a Arturo Larena, que ha sido mi jefe casi una década, en Extremadura y en Madrid –he aprendido mucho de tu profesionalidad; espero que tú hayas aprendido algo de la mía-; a mis compañeros de Mérida: Pablo, Momi, Carlos…, a mis compañeros de Madrid: Juan Carlos, Eduardo, Paco, Ramiro… y a todos los compis que me han acompañado a lo largo de estos años en las ciudades donde he trabajado. Dicen que esta profesión es cainita. Yo no lo comparto. Estoy rodeada de algo más que compañeros con los que he convivido y compartido grandes momentos y momentos muy duros, siempre de la mano, siempre con apoyos. Gracias a todos.

Soy una “víctima” más de las miles que se están produciendo en el periodismo de nuestro país, un sector sometido a una revolución interna que nadie sabe muy bien en qué va a acabar; pero la solución para la primera Agencia de noticias de España y una de las más importantes de Europa no es “cepillarse” sin más a una plantilla de corresponsales que la distingue y la privilegia. La esencia de EFE ha sido y, si sigue existiendo y no se la quieren cargar lo seguirá siendo, llegar a donde los demás medios no pueden llegar y hacerlo con profesionalidad, no de cualquier modo. Eso sólo lo consiguen los redactores corresponsales, que son los que tienen las fuentes y conocen el terreno que pisan.

Me llamo Lourdes Timoteo García (ltg) y soy redactora corresponsal de la Agencia EFE en el Corredor del Henares, en la Comunidad de Madrid. No sé por cuántos días más. Hoy lo soy y voy a realizar mi trabajo como cada día. Con toda la dignidad y con toda la profesionalidad que he ido acumulando en estos años de experiencia. Ya hay palabras que en esta profesión no tienen mucho valor, han perdido casi todo el significado: profesionalidad, experiencia… pero diré una última cosa: cuando el periodismo deja de ser un servicio público a los demás y se convierte en un saco de mercadería en el que lo que más interesa es rentabilizar la información, no que ésta sea de calidad, el periodismo deja de existir. No acaben con el periodismo, por favor.


3 comentarios:

  1. Hola Lourdes... Espero que leas esto. No te conozco porque mis trabajo en EFE era de características distintas al tuyo.

    Debes saber que somos muchos los que pertenecemos a la plantilla de EFE que nos encantaría gritar contra esta injusticia. Y seguro que entiendes que no lo hagamos: no queremos y no podemos que nuestra vida cambie un día determinado.

    Lo que os han hecho es una canallada. Y mientras seguimos sin saber el sueldo de Grijelmo o lo que se embolsan los directores a final de año por objetivos.

    No reconozco a esta empresa... Hemos pasado por épocas raras de controles informativos pero el clima laboral nunca había sido tan infumable como lo es ahora, con miedos, con persecuciones, con despidos como el tuyo.

    Te deseo lo mejor, de verdad

    ResponderEliminar
  2. Mucha gente que pertenece a la plantilla de EFE está apoyando a los colaboradores, pero siempre en privado y en voz baja.
    Pero eso no sirve, la dirección se está aprovechando de vuestro miedo para echar a más de la mitad de los corresponsales sin que los de dentro levantéis la voz.
    ¿A qué esperais? ¿No os dais cuenta de que los siguientes vais a ser vosotros? ¡¡Os van a echar a la calle!!
    Todos estos "ajustes" económicos se pueden hacer perfectamente sin mandar una sola persona al paro. La Dirección ha elegido el camino más fácil, y todo el personal de EFE se lo permite.

    ResponderEliminar
  3. La Agencia EFE, la cuarta agencia de noticias del mundo y la primera entre los millones de hispanohablantes de muchos países, no merece el desdén y abandono en que la han sumido los poderes públicos, que desde hace tiempo permiten situaciones laborales aberrantes impropias de una empresa propiedad del Estado, y que tienen un claro reflejo en el deterioro de la calidad de su información y en la pérdida de credibilidad.
    El relevo en masa de periodistas con experiencia por principiantes bajo condiciones precarias (incluso becarios) en la amplia red de corresponsales de la Agencia EFE, tanto dentro como fuera de España, tiene relación con una reducción de gastos basada en extraños criterios mercantilistas, que no se corresponde ni con el servicio público que debiera ofrecer a los ciudadanos ni con el aumento del número de directivos con sueldos opacos y la proliferación de cargos de libre designación al frente de una plantilla desconcertada y desmotivada.
    EFE no tiene futuro si nadie es capaz de parar a un Álex Grijelmo endiosado, a quien hace cinco largos años nombró como su presidente el primer Gobierno de Zapatero.
    Este individuo, que lleva más de dos años sin querer reunirse con el comité de empresa, no pierde ocasión de intentar desacreditar a los sindicatos e intenta sojuzgar al consejo de redacción, es también responsable de varios despidos injustos (improcedentes según sentencias judiciales) entre trabajadores de plantilla, como los de las redactoras Elena del Castillo (Reportajes) y Fátima Martín (Las Palmas), así como de una reciente condena por vulnerar la libertad sindical al haber sancionado sin motivo a un miembro del comité (Desiderio Mondelo).

    ResponderEliminar